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La Lluvia, No Solamente Moja! Volar el helicóptero con lluvia suele ser un problema si no disponemos de un limpiaparabrisas. Si se trata de una llovizna o garúa, las gotas quedarán “pegadas” al plexiglás (efecto de la capa límite) y se reducirá la visibilidad. Eso significará una disminución de velocidad y redoblar la atención en búsqueda de obstáculos, antenas y cables, principalmente. En caso de lluvia fuerte, la reducción de visibilidad estará subordinada a la propia lluvia y dependerá de la intensidad que tenga. Pero existe otro factor importante a tener en cuenta. El agua con mucha presión, suele ser utilizada para limpiar paredes, techos, etc.; quitar elementos pegados y en algunos casos, para realizar cortes de materiales diversos. Si tenemos en cuenta que la puntera de nuestro rotor de cola, gira a una velocidad de 182,6 m/s y le sumamos la velocidad de caída de miles de gotas de agua que impactan en una misma superficie, tendremos como resultado una excelente herramienta pulidora. Así quedaron las punteras de pala de un R22 luego de volar durante unos 10 minutos bajo una fuerte lluvia: La superficie sin pintura quedó rugosa y áspera al tacto. El rotor tuvo un pequeño desbalance aunque dentro de los parámetros permitidos. Por ello, tenga en cuenta la próxima vez que vuele con lluvia, que ésta no solo moja, ¡también esmerila! Departamento Seguridad Aérea Gentileza: Hangar Uno S.A. Publicado el: 25/11/2013 |