Si bien los pilotos de helicópteros tienden a ser cautelosos por naturaleza, todavía pueden volverse complacientes. Es espeluznante, pero mientras más experimentado y hábil sea un piloto, es más probable que sea víctima de la complacencia.

La Complacencia "es el estado de autosatisfacción con la actuación personal, que junto a un estado de ausencia de sensación de peligro o problemas, supone un peligro potencial debido a la ausencia de juicio". A menudo actúa como un fantasma, acechando en las sombras, por lo general no se identifica hasta después de que haya ocurrido una catástrofe. Los pilotos deben reconocer esta falsa sensación de seguridad y atacarla de frente. Capacitación permanente, mantenerse enfocado y el sentido común son herramientas útiles en esta lucha. La planificación y ejecución adecuada del vuelo, derrotarán la complacencia.