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¿A quién no le gusta dormir bien?. ¿A quién no le gusta dormir bien? una siesta espontánea un sábado por la tarde bajo una manta suave y cálida es algo que el dinero no puede comprar. El sueño es, de hecho, tan necesario como la comida y el agua. Sin él, experimentamos problemas físicos y psicológicos significativos. Si alguna vez pasaste una noche sin dormir, o agobiado por un trastorno del sueño, no tratado, como el insomnio o la apnea del sueño, sabes lo que es tratar de pasar el día sin haber dormido lo suficiente la noche anterior. Estás cansado y de mal humor, la cafeína y el azúcar son tus dos mejores aliados ese día. Es fácil racionalizar y decirnos a nosotros mismos que no necesitamos dormir, pero si no tenemos suficiente descanso, o si nuestro sueño se interrumpe, sufriremos fatiga. La fatiga de vuelo es probablemente uno de los factores de mayor importancia dentro de la industria del transporte aéreo, fundamentalmente por su gravitación sobre la seguridad de las operaciones. El síndrome de la fatiga tal como es experimentado actualmente por las tripulaciones tiene apenas un cuarto de siglo de vida. De hecho, hizo su aparición junto con la incorporación masiva a la industria de los aviones de largo alcance, la aparición del avión Jet. Si bien la fatiga es un fenómeno natural y hasta positivo, como mecanismo de alarma en el proceso de recuperación de energía, "nos avisa" que debemos dormir; es un problema cuya respuesta se encuentra en la prevención, es decir, evitando que se genere un nivel de fatiga tal que ponga en peligro la salud del piloto y pueda llegar a comprometer la seguridad del vuelo. ¿Qué es la fatiga? Lo sabemos cuándo lo sentimos. La fatiga es esa sensación de somnolencia, cansancio y sueño que se tiene cuando no se ha descansado lo suficiente. El exceso de alimentos incorrectos, muy poco del ejercicio correcto y un sueño insuficiente o de mala calidad. La fatiga es una condición humana que nos afecta a todos. Ninguna actividad profesional es inmune a sus efectos. Si sos piloto, mecánico de aeronaves, conductor de camión o médico, si no podés dormir, experimentarás las mismas limitaciones físicas y mentales en cualquier ámbito. Lo que causa la fatiga es menos importante que el impacto negativo que tiene sobre su capacidad para realizar tareas. Al igual que las drogas o el alcohol, la fatiga ralentiza el tiempo de reacción, disminuye la conciencia y perjudica el juicio. Para la mayoría, la fatiga se puede resolver fácilmente con una siesta o "durmiendo" al día siguiente, sin ningún efecto adverso. Pero si estás involucrado en actividades críticas como lo es la aviación las consecuencias de la fatiga pueden ser desastrosas. El principal elemento provocador de la fatiga es la falta de sueño. Hasta la década del 50, se consideraba el sueño como un fenómeno pasivo opuesto a la vigilancia. El ritmo circadiano de actividad y de reposo era considerado como una simple alternancia entre dos estados. Sin embargo, y gracias al registro eléctrico de la actividad del cerebro, es que se ha podido aportar nuevos conocimientos en torno al sueño. El sueño es un fenómeno activo que sirve para reestructurar la memoria, para integrar los conocimientos adquiridos durante el día, y juega un papel importante en el mantenimiento de una coherencia general de las cualidades intelectuales del cerebro. Podemos sentir los beneficios de una buena noche de sueño por la calidad de nuestro bienestar, nos sentimos muy bien, descansados, frescos y listo para la actividad. Por el contrario, todo nuestro organismo sufre ante la necesidad de dormir. El sueño se presenta en dos estados y, cada tipo, tiene una cierta especificidad: El sueño de ondas lentas o profundas, que se caracteriza por la disminución progresiva de los tonos musculares y que permite la restauración física del organismo y en la reconstitución de reservas energéticas, bajo la forma de glucógeno depositado en las células nutritivas de las neuronas. El sueño de ondas rápidas, que se caracteriza por una actividad eléctrica similar a la de la vigilia y que se manifiesta por movimientos oculares rápidos, de ahí su nombre: “Rapid Eyemovement Sleep (REM)”. También tiene el nombre de sueño paradojal, para señalar mejor el contraste entre una actividad eléctrica intensa, comparable a la de la vigilia, y que se manifiesta concretamente por los sueños (actividad onírica), y una desaparición total del tono muscular. Este sueño juega un importante papel en la fijación de la memoria, en la restauración de las capacidades de atención y del equilibrio emocional y el humor. Es frecuente observar que una insuficiencia de sueño nos vuelve “gruñones” e irritables. El sueño se divide en cinco etapas: Etapa N1, Etapa N2, Etapa N3, Etapa N4 y movimiento ocular rápido. Las etapas N1 a N4 se llaman sueño no REM porque los ojos muestran muy poco o ningún movimiento. Al quedarse dormido, una persona ingresa a la Etapa N1. Esta etapa es la transición entre la vigilia y el sueño profundo. La actividad cerebral se ralentiza. Durante este tiempo, no responderás a señales como una alarma visual o sonido. Los ojos se cierran. Durante la Etapa N1, una persona puede experimentar contracciones musculares repentinas, puede parecer que está despierta. Esto se conoce como microsueño o microlapso, que a menudo ocurre al conducir, volar, mirar televisión o durante una reunión. Cuando el sueño dura más de 10 minutos, se pierde la memoria de los pocos minutos antes de dormir. La fatiga producto de un déficit de sueño afectan el mantenimiento de la vigilancia y la atención. Este fenómeno se conoce como hipo vigilancia y describe la aparición de episodios de sueño, aunque sean cortos, durante la actividad. La hipo vigilancia debe distinguirse de la incapacidad de prestar atención, que puede sobrevenir fuera del contexto de ésta. Pero también, las aproximaciones y despegues frecuentes en los vuelos de corta o media distancia fatigan al organismo, imponiendo largos períodos de concentración y utilizando todo el capital de recursos de atención. La hipo vigilancia es peligrosa, aún durante el día, durante las fases más tranquilas del vuelo. No se pueden evitar totalmente las caídas de vigilancia durante el vuelo, particularmente en la fase de crucero ¿Cómo afecta la fatiga a la aviación general? Si bien los pilotos de líneas aéreas son más propensos a la fatiga que resulta de largos días de trabajo, los cambios de horario o atravesar varios husos horarios y tu ritmo circardiano está confundido totalmente, los pilotos de aviación general también pueden desarrollar fatiga. El riesgo de accidentes es mayor debido a los desafíos de las operaciones de piloto único y la carga de trabajo individual relativamente mayor. Además, generalmente, no tienen el beneficio de un segundo piloto para compartir tareas o ayudar a juzgar la aptitud para el vuelo ese día. La investigación muestra que los humanos somos pobres jueces de nuestro propio nivel de fatiga. La familia, los amigos y la tripulación son mucho más honestos y no dudan en decirte cuán cansado o enfermo te ves realmente. Si escuchas eso de parte de alguien que te conoce, probablemente estés más fatigado de lo que crees, y representa una amenaza mayor para su seguridad de lo que crees. Generalmente sobrevaloramos o creemos que si simplemente seguimos y nos concentramos lo suficiente, entonces podemos superarlo, o si tomamos suficiente cafeína, nuestros niveles de rendimiento mejorarán. Pero eso no es cierto todavía estás fatigado y tu rendimiento está afectado. La motivación, la cafeína, la actividad física y la estimulación ambiental pueden enmascarar la fatiga y posiblemente te permitan ignorar los síntomas por un tiempo. Pero ahí están, no los eliminaste. Los efectos físicos son inevitables. La coordinación y el estado de alerta disminuyen. El rendimiento disminuye, la toma de decisiones se ve perjudicada, y podes tomar riesgos injustificados. Incluso los pilotos más experimentados cometen errores cuando están volando fatigados y la cafeína no puede ocultar los efectos de la fatiga. Es mucho más fácil para nosotros buscar factores de riesgo en nuestro entorno que buscar esos mismos factores de riesgo en nosotros mismos, pero debemos ser conscientes de nosotros mismos y reconocer realmente que debemos evitar volar si estamos con fatiga. Un riesgo de fatiga particularmente insidioso puede tomar la forma de ataques de sueño corto, también conocidos como micro-sueños (cabeceo). Estos son breves períodos de sueño en los que te quedas dormido de repente y sin previo aviso. Según un estudio realizado en 2001 por la FAA sobre la actividad cerebral en vuelo, los microsueños de los pilotos ocurrieron con mayor frecuencia durante los segmentos medio a más allá de la mitad del vuelo de crucero. Eran nueve veces más probables sufrirlos durante los vuelos nocturnos. A pesar de la fuerte motivación para estar alerta durante las etapas finales del vuelo, también se encontraron microeventos durante el período que va desde el comienzo del descenso hasta el aterrizaje. Ninguno de estos sucesos son algo bueno para un piloto, especialmente si no hay nadie más en el avión para ayudar a mantener al piloto alerta. Volando fatigado La fatiga no es solo un riesgo durante el vuelo de crucero. Presenta el mayor riesgo durante las fases críticas de rodaje, despegue y aterrizaje. Los eventos relacionados con la fatiga han incluido errores de procedimiento, aproximaciones inestables, ingresar a la pista equivocada, incursiones en la pista, aterrizaje sin autorizaciones y mala toma de decisiones. La fatiga perjudica el rendimiento y puede tener un impacto negativo incluso en las habilidades fundamentales de un piloto. Se compromete tu capacidad de reaccionar rápidamente y comunicarte de manera efectiva. Afecta negativamente tu memoria y coordinación los ojos, tanto que después de 17 horas sin dormir, tu capacidad para controlar, guiar y dirigir tus manos se parece mucho a alguien con un contenido de alcohol en la sangre de 0.05 a 0.08 por ciento. En pocas palabras, a medida que tu sueño disminuye, tu riesgo de incidentes y accidentes aumenta. Los impactos de la fatiga no son solo cuando tuvimos mala calidad de sueño una noche entera. Una persona que duerme seis horas por noche durante dos semanas puede tener el mismo nivel de fatiga elevada que alguien que ha estado despierto durante 24 horas seguidas. Si vuelas fatigado, otro riesgo es cómo reaccionaras ante una emergencia en vuelo o ante cualquier situación inesperada que cause períodos intensos de estrés. Una forma de pensar sobre el papel de la fatiga en el riesgo de accidentes es saber que la fatiga provoca episodios aleatorios de falta de atención justo cuando necesita toda su atención para evitar un accidente. Por ejemplo, una falla del motor en vuelo. Tu primera prioridad es mantener la calma, revisar los elementos en tu memoria y realizar la lista de verificación correspondiente. Buscar un lugar seguro para aterrizar. Pero esto es lo que podría pasar si estás volando con fatiga: El tiempo de reacción se ralentiza, no estás concentrado y aumenta el pánico a medida que pierdes un tiempo y una altitud preciosos tratando de tomar decisiones. Tu pensamiento es confuso, los elementos en tu memoria se desvanecen, la coordinación ojo-mano está muy lenta, la conciencia situacional se ve afectada y es más probable que cometas errores y tengas comportamientos riesgosos. A medida que disminuyen tus habilidades de escucha y comunicación, se hace más difícil encontrar las palabras adecuadas para expresarte. Cualquiera de estos escenarios podría reducir en gran medida las posibilidades de un resultado exitoso. La fatiga es de particular preocupación para los pilotos y los mecánicos de mantenimiento. Los horarios cambiados, los que trabajan en el turno nocturno requieren trabajar contra el reloj interno del cuerpo (ritmo circadiano), regulado naturalmente por la luz, el ritmo circadiano te dice que estés despierto cuando es de día y que te vayas a dormir cuando es de noche. En estas condiciones, estás más vulnerable a la fatiga porque su ciclo de sueño / vigilia no está sincronizado. El resultado: rendimiento degradado, aumento de errores, disminución de la atención y otros riesgos de seguridad. Las empresas pueden regular el trabajo por turnos y el tiempo libre, pero también existe la responsabilidad individual de monitorear y controlar los hábitos de sueño. Entonces, ¿cómo podes "combatir" la fatiga? La mejor manera de combatir la fatiga es mejorar tu comprensión de las causas, conocer los riesgos asociados y aplicar contramedidas efectivas. Identificar la fatiga: si sentís la necesidad de una pequeña siesta cada vez que te sentas, es probable que estés fatigado. Busca síntomas como: bostezos, cabeceos, fallas de atención, dificultad para concentrarte e irritabilidad. Controla la fatiga: si te sentís fatigado, mantente firme hasta que puedas descansar lo suficiente. Recordá que la cafeína solo enmascara la fatiga y no es un sustituto del sueño. Una siesta estratégica; dormir un poco es mejor que nada. Incluso una siesta de 10 minutos puede ayudar, pero no uses dormir una siesta para reemplazar una buena noche de sueño. Prevenir la fatiga: establecer buenos hábitos de sueño y seguí una rutina.
La fatiga y el estrés, y sus diferencias La fatiga es un estado psicobiológico de carácter transitorio, generado por una actividad intelectual o física excesiva y prolongada. Es un estado en el cual se altera la homeostasis general del individuo, es decir, el equilibrio interno del organismo La fatiga está asociada a una disminución notoria del rendimiento físico e intelectual de la persona. El concepto de estrés proviene de la ingeniería y se refiere a la fuerza ejercida sobre un objeto para provocar tensión sobre él, con el propósito de doblarlo o quebrarlo. Aplicado al comportamiento humano, se puede definir como un comportamiento heredado, defensivo o adaptativo frente a algún agente estresante, a través de una activación neurológica y endocrina. En el origen del estrés, siempre encontraremos un agente estresor interno (preocupaciones, sensación de falta de tiempo) o externo (operaciones complicadas, procedimientos delicados). La diferencia más obvia entre la fatiga y el estrés tiene relación con su origen: la fatiga es el producto de la actividad normal del individuo, mientras que el estrés se produce frente a situaciones de amenaza a la integridad de la persona, ya sea en términos físicos o psicológicos. Algunos de los generadores de fatiga, como la falta de sueño, pueden llegar a provocar estrés si se mantienen como una preocupación constante. Fuente: Flap152.com Publicado el: 13/07/2020 |