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Actitudes ¿peligrosas? Oportunidades de mejora, por Roberto Gómez El concepto de identificar las actitudes peligrosas de un piloto es poder reconocer una o más de estas actitudes que afectan su toma de decisiones antes o durante el vuelo, y luego superar la influencia que estas actitudes pueden tener sobre su pensamiento, para una mejor toma de decisiones. Veamos las cinco actitudes de un piloto llamadas peligrosas, cómo abordarlas y cómo a cada actitud se le puede encontrar aspectos positivos. Luego, veremos cómo utilizar estos aspectos positivos y evitar los negativos, buscando el equilibrio en las fuerzas que influyen en nuestra toma de decisiones. Actitudes peligrosas de los pilotos: la visión tradicional Tradicionalmente se nos enseña que hay cinco actitudes peligrosas y es nuestro trabajo detectarlas, y contrarrestarlas para evitar que afecten el proceso de toma de decisiones. Las actitudes peligrosas contribuyen a caer en un mal juicio del piloto sobre una determinada situación. La buena noticia es que pueden contrarrestarse eficazmente reorientando esa actitud peligrosa para que se puedan tomar las medidas correctas. El reconocimiento de pensamientos peligrosos es el primer paso para neutralizarlos. Darse cuenta. Después de reconocer un pensamiento como peligroso, el piloto debe etiquetarlo como peligroso y luego utilizar el antídoto correspondiente. Los antídotos deben internalizarse para cada una de las actitudes peligrosas así incorporarlas como automatismos que son traídos a la memoria de trabajo cuando sea necesario. Ahora bien, me di cuenta de las actitudes peligrosas y debo ver que hacer con eso. Darme cuenta solamente y no hacer nada no sirve a los fines de la seguridad. Aplicando conceptos de coaching, si tenés el propósito de trabajar estos temas podés guiarte con estos pasos para establecer metas. ¿Qué quiero? = Cambiar actitudes peligrosas ¿Para que lo quiero? = (Completar) ¿Con que cuento para hacerlo? = (Completar) ¿Qué me frena? = (Completar) ¿Cómo lo voy a hacer? = (Completar) Este último punto es muy importante, quien no sabe a dónde va, termina en cualquier lado. Además establecer un límite de tiempo. En cuanto tiempo lo voy a lograr. Lo ideal sería trabajarlo con un coach certificado, se pueden alcanzar las metas, todo depende el compromiso que tengas con el objetivo y tus aspiraciones dentro de esta competitiva industria. Así se describe en la visión tradicional: Anti-autoridad : No me digas Esta actitud se encuentra en personas a las que no les gusta que nadie les diga qué hacer ¿Conoces a alguna? (ironía) Pueden molestarse, enojarse o quedar ofendidos por que alguien les dice qué hacer o pueden considerar las reglas, regulaciones y procedimientos como tontos o innecesarios. Antídoto: sigue las reglas; por lo general, son correctas. Impulsividad :Hazlo rápido Ésta es la actitud de las personas que frecuentemente sienten la necesidad de hacer algo, cualquier cosa, de inmediato. No se detienen a pensar en lo que están por hacer, no seleccionan la mejor alternativa y hacen lo primero que se les ocurre, sin filtro, si realizar una mínima evaluación de riesgos rápida de la situación. Sabemos que en aviación el tiempo en determinadas situaciones es muy escaso, así mismo se debe evaluar las distintas opciones, o si es la única opción que tengo cuales pueden ser sus consecuencias. Antídoto: No tan rápido, piensa primero. Invulnerabilidad : No me va a pasar Muchas personas creen falsamente que los accidentes les ocurren a otros, pero nunca a ellas. Cada vez veo más esta actitud, naaaa no pasa nada, hagamos el rasante para los amigos Realmente nunca sienten, o creen, que estarán involucrados personalmente en un accidente. Los pilotos que piensan de esta manera tienen más probabilidad de aumentar el riesgo de sufrir un accidente. Antídoto: Pensar: a mi también me puede pasar, soy mortal Ego: yo puedo hacerlo Los pilotos que siempre están tratando de demostrar que son mejores de lo que los demás piensan, puedo hacerlo, les mostraré. Los pilotos con este tipo de actitud intentarán justificar su valía asumiendo riesgos para impresionar a los demás. Antídoto: Es una tontería correr riesgos innecesarios. Renuncia : ¿De qué sirve? Pilotos que piensan: ¿De qué sirve? no se ven a sí mismos como capaces de hacer una gran diferencia en lo que les sucede. Cuando las cosas van bien, el piloto tiende a pensar que es buena suerte. Cuando las cosas van mal, el piloto puede sentir que alguien quiere atraparlos o atribuirlo a la mala suerte. El piloto dejará la acción a otros, para bien o para mal. A veces, estos pilotos incluso aceptarán solicitudes poco razonables solo para ser un buen tipo. Antídoto: puedo marcar la diferencia. Una mirada más amplia Una de las limitaciones de esta visión tradicional es que nos da una lista de actitudes que son malas sin definir una lista que de equilibrio: actitudes que son buenas. El concepto de bueno y malo no creo que sea lo mas adecuado, pero es para marcar una diferencia en blanco y negro dejando en claro la idea. Hace muchos años en una radio en argentina había un momento de humor denominado el gato y el zorro, en que se dividía zoológicamente a los animales en buenos y malos, por ejemplo, el Bambi es bueno el león es malo. Obviamente en clave de humor. Un poco de esto se trata, establecer como bueno o malo sin grises es simplemente para dejar establecidos dos comportamientos distintos. Si voy a evitar tomar malas decisiones reconociendo una de estas actitudes negativas ¿con qué reemplazo su influencia? ¿Es suficiente una frase de cinco o seis palabras para contrarrestar la influencia de este tipo de actitudes? ¿Puede ser que haya momentos en los que estas actitudes podrían beneficiar a un piloto si se manejan correctamente? Para ser piloto tenes que exhibir cada una de estas actitudes, al menos algunas veces. Son rasgos de personalidad inevitables que, debidamente canalizados, son francamente esenciales para volar un avión. Por ejemplo, anti-autoridad. La mitigación clásica es seguir las reglas, hacer lo que te dicen, seguir los procedimientos y la normativa. Un poco rebeldía para volar y luego controlar esa tendencia para hacerlo de forma segura. El Capitán Chesley Sullenberger (Vuelo 1549 de US Airways) puede ser un ejemplo de rebeldía en seguir su plan para resolver la situación de encontrarse con dos motores plantados a baja altura, cuando todos los papeles se quemaron y la solución no estaba en ningún procedimiento. Tenés que encontrar el equilibrio. Del mismo modo, la mayoría no desea actuar impulsivamente pilotando un avión. Pero también debe estar listo para golpear con la cantidad justa de fuerza el timón en un aterrizaje con viento cruzado racheado, empujar la nariz hacia abajo si pierde potencia a baja velocidad o apagar el motor y lidiar con el resultado inmediato si hay un incendio en este. Todo instintivamente (entrenamiento, entrenamiento, entrenamiento), sin tener mucho tiempo para pensar. Impulsivo no es la palabra más adecuada, pero como piloto debes tener la capacidad de actuar con rapidez y sin deliberación cuando la situación lo requiera. La clave es saber cuándo responder sin tiempo para pensar y cómo hacerlo. Un sentimiento de invulnerabilidad es peligroso. Dicho esto, se necesita mucha confianza para lanzarse voluntariamente como piloto al mando. Cuando se baja el instructor y te dice que salgas solo, al cerrar la puerta si no tenés absoluta confianza en vos no sería indicado dar potencia y despegar. Llevado al extremo, sentirse vulnerable es una expresión de falta de confianza. Tiene que haber un término medio. ¿Qué expresa mejor la actitud de poder hacer para el ego que pilotar un avión? Naturalmente, debe haber un equilibrio entre saber que puedo hacer algo porque estoy capacitado y equipado para hacerlo, y simplemente pensar que puede hacerlo debido a una opinión inflada por mi ego de mi mismo. ¿Dónde está el punto de inflexión? Una expresión clásica del rasgo de resignación implica volar un avión en condiciones que sabes que no deberías hacerlo, hay sobrados casos de ejemplos. Los pasajeros llegan con más equipaje del que esperabas; el viento cruzado es más fuerte en tu aeródromo de destino de lo que te sientes cómodo; el freno izquierdo se siente un poco liviano; la luz de alternador fuera de servicio se enciende dos o tres veces en cada vuelo, pero siempre se puede restablecer. El piloto resignado piensa: Realmente no tengo otra opción, lo intentaré de todos modos, lamentablemente varias veces sale bien hasta que no sale y paga con su vida. Como pilotos, nos enfrentamos a todo tipo de reglas, regulaciones y limitaciones de los aviones. Incluso si no entendemos las razones por las que existen, debemos asumir el hecho de que debemos obedecerlas. Eso te puede resultar incómodo, pero en realidad es solo una señal de que tenes la oportunidad de averiguar y saber por qué existe un determinado requisito. La meditación es una herramienta válida para encontrar el equilibrio interno necesario Encontrar el equilibrio La mayoría de las discusiones sobre las actitudes de los pilotos hablan de cómo debemos evitar que afecten la forma en que tomamos decisiones. Sin embargo, al darme cuenta de que todos tenemos estas actitudes de alguna forma, pienso más en términos de equilibrar estas actitudes para encontrar el beneficio de cada una, así como para identificar los peligros. ¿Cómo podemos definir mejor y quizás incluso cuantificar estas cinco actitudes para encontrar ese equilibrio deseado? En lugar de definir cinco actitudes peligrosas que se encuentran en alguna medida en todos los pilotos, podríamos pensar en cinco actitudes esenciales y luego buscar y encontrar los riesgos y beneficios de cada una. Cada actitud conlleva un riesgo que puede afectar negativamente tu toma de decisiones y conducir a malos resultados en tu vuelo, sabiendo que necesitamos un poco de cada actitud para volar y también podemos extraer un beneficio de cada una. Esto a su vez nos da un objetivo de educación y entrenamiento personal para canalizar adecuadamente cada uno de estos rasgos de personalidad. Incluso puede brindarle a los instructores una forma más concreta de probar y evaluar las actitudes y la capacidad de toma de decisiones de un alumno piloto. Al leer informes de accidentes e incidentes de aviación me ha intrigado cómo redirigir el impacto que estas actitudes que existen en los pilotos para evitar tomar decisiones incorrectas. En el camino después de todo lo que he leído y experimentado se puede concluir que estas actitudes en sí mismas no son peligrosas (en términos de bueno o malo) simplemente existen, las necesitamos de una forma u otra y existen riesgos y beneficios en cada una. El truco consiste en encontrar el beneficio de cada rasgo de personalidad y luego trabajar para lograr ese beneficio sin dejar que los peligros se vuelvan dominantes en nuestro proceso de toma de decisiones. Roberto Gómez Fuente: Flap152 Publicado el: 10/11/2020 |